El Swing aparece, como estilo, en el momento en que se plantea la crisis económica de 1929.
El Mainstream (Estilo Nueva York), necesitado de una subsistencia cada vez más costosa, se comercializa, recibiendo influencias muy fuertes de tradición europea y del music hall.
La crítica blanca comienza a valorar los aspectos más asimilables del jazz, buscando producir una imagen conforme a la normalidad musical occidental. Lo que estaba en juego en este proceso de dominación económica del jazz por los intereses comerciales blancos (además, y quizás por ello, de los beneficios que producía), era la garantía de perpetuación de los mismos mediante toda clase de presiones sobre el desarrollo de la música: Lanzamiento de modas, de músicos con carisma, de estilos, de bailes... Se trata, en definitiva, de una cada vez más profundacolonización, pareja a la popularización del jazz (que comienza a trascender fronteras) y que llevó a su aceptación por la burguesía blanca estadounidense, en sus versiones más comerciales, vendidas por la prensa incluso con la concesión de títulos tan ficticios como el de Rey del jazz, otorgado a Benny Goodman.
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