Naturalmente son muchos los factores que inciden sobre los niveles de corrupción, algunos facilitándola y otros dificultándola.
Es obvio que si a nivel institucional y en la justicia se tiene una posición firme y atenta respecto de los distintos tipos de corrupción, ella tendrá tendencia a disminuir, y a la inversa si se da el caso contrario. De todas formas, la represión y la sanción en relación a los actos de corrupción deben existir y fortalecerse cada vez más, pero también tienen sus límites. El narcotráfico por ejemplo así como ciertos sectores corruptos enquistados en la política, llegan a tener tanto poder y a ejercer tanta presión, que difícilmente logran ser combatidos.
La clave para en alguna medida frenar la corrupción posiblemente se encuentre en el fortalecimiento del tejido social-institucional. En este sentido la educación en valores puede llegar a ser uno de los pilares, así como procedimientos menos abiertos y más transparentes en relación al manejo del dinero y a la implementación de las transacciones financieras, incluyendo por cierto el uso del llamado dinero telemático o dinero digital, o sea el uso de especies dinerarias electrónicas y nominativas, sin base material anónima, y que permita el cómodo seguimiento de largas cadenas de transacciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario